Lejos estuvimos de percatarnos entonces lo que la vida, sus avatares y alegrías, luego nos revelarían: que habíamos hecho una fundación en el espíritu, personal y colectivo que desde entonces (y aún detenida la acción teatral en la región sureña), nos sigue manteniendo en contactos fraternales a todos, quienes por breve o mucho tiempo, junto con gozar nuestros sueños de destino, trabajamos en los surcos, que jamás creíamos fueran tan fecundos, de NUEVOS HORIZONTES. Esta comprobación, ya de mucho tiempo, es la que, dialogada entre nosotros, nos llevó a que decidiéramos, con toda la experiencia y conocimiento adquirido, frutos del cariño fraterno por nuestro pueblo, elaborar un texto que fuera útil a quienes seguimos y a los que vendrán en el decurso del tiempo, a participar en la brega teatral en el difícil panorama boliviano.