Son innumerables las anécdotas, vivencias y experiencias que nos dejó este noveno festival. Sin embargo, y como viene sucediendo desde hace una década, el papel protagónico que juega el público en estos días de fiesta, resulta fundamental para lograr completar a plenitud, la propuesta que ofrece el arte escénico como espado de encuentro y reconocimiento entre individuos que pueden gozar, cuestionarse, reflexionar y también crear, en un momento histórico que exige un alto compromiso, para despertar las inquietudes más auténticas de una sociedad en notoria ebullición.
Entre los momentos más especiales están la inauguración del 19 d.e abril, que con una gran caravana de artistas recorrió las calles del centro de la ciudad, hasta la Manzana Uno, donde la Jazz Band dirigida por Boris Vásquez, esperaba con el ambiente ideal para recibir a las autoridades, invitados, artistas y el público que en una noche espléndida, completó el marco para dar inicio al programa que entre discursos, proyecciones de video, música, danza y un acto final de acrobacia aérea a cargo de la artista Martina Riba, abrieron la fiesta con una energía sin precedentes.
A modo de balance final queda el inmenso agradecimiento a los artistas, técnicos, público, organizadores, instituciones, autoridades, invitados, amigos y a todos quienes participaron de manera directa e indirectamente, para que esta fiesta alrededor del teatro, siga siendo uno de los encuentros más emotivos de la región.